Su verdadera vocación,
estrella de cine, le hizo trasladarse a Nueva York allá por el año
1987, cuando tenía 18 años, con la intención de realizar sus
primeros pinitos en el mundo del espectáculo en un club llamado “El
Ángel azul”, donde comenzó siendo un sirviente entre bambalinas.
Después de este primer
intento de dar forma a su sueño, el joven Oribe trabajó de
recepcionista en el salón de un amigo, sito en la tercera Avenida.
Atraído por el mundo de la belleza, se mudó a Buffalo para terminar
la escuela, donde un amigo le presentó a Garren, estilista para la
revista Vogue que estaba abriendo su primer salón en el Hotel Plaza
de Nueva York, que le contrató como asistente. Aprendió, sobre
todo, a trabajar con cabellos teñidos, pasando por sus manos
personajes como Meryl Streep o Cathy Moriarty.
Así mismo, en la década
de los 80 se codeó con personalidades como Carlyne Cerf, la
denominada “reina de la moda” de la revista Elle o el fallecido
Richard Avedon, famoso fotógrafo estadounidense, realizando también
trabajos como modelo además de estilista.
La técnica de Oribe se
define como más propia de un pintor que de un estilista tradicional,
pues utiliza desde mechones con glitter y colores de fantasía hasta
postizos o eye liners para dibujar todo tipo de efectos,
convirtiéndose en uno de los peluqueros más transgresores de las
últimas décadas. Por sus manos han pasado estrellas como Jennifer
López o Cindy Crawford. Se dice que a lista de clientela de famosas
de Oribe es una de las más amplias del mundo.
Cuenta con una amplia
gama de productos destinados a restaurar el brillo y la salud del
cabello, así como fragancias o geles que pueden encontrarse en:
www.oribe,com